martes, 19 de octubre de 2010

Membrillo

THERMOMIX Cirstina Galiano
INGREDIENTES:


• 1 limón de 80 o 100 g muy bien pelado y sin pepitas

• 800 de membrillos ya limpios

• 800 g de azúcar
Preparacion:
1. Pelar el limón quitándole toda la parte blanca que es la que amarga y las pepitas y volcarlo en el vaso.

2. Lavar muy bien los membrillos debajo del grifo frotándolos con los dedos o con un cepillito para quitarles todo el "terciopelo" que llevan. Secarlos con un paño y encima de la tabla de cocina y con el cuchillo de cortar carne bien afilado cortarlos primero por la mitad y luego cada mitad en otras 2 partes. Ahora, con el cuchillito "patatero" también llamado "puntilla" quitar a cada trozo las pepitas y el corazón que es durísimo, como pedregoso: tener cuidado para no cortaros.
3. Volcar en el vaso encima del limón la mitad de estos membrillos pelados, 400 g, a continuación 400 g de azúcar, luego otros 400 g de membrillo limpio y por último otros 400 g de azúcar.
4. Podríamos echar de golpe los 800 g de membrillo y los 800 g de azúcar, pero la trituración cuesta menos así, con el azúcar entre medias.
5. Pulsar el botón turbo 3 o 4 veces para que baje un poco el volumen y programar 30 m, 100º, y de momento velocidad máxima. En cuanto el limón, que por eso hemos colocado en el fondo del vaso, empieza a triturarse, el azúcar comienza a fluidificarse con el calor y los membrillos se hacen puré, ya podemos bajar la velocidad hasta donde nos pida la máquina, la 4 o la 5... Si vemos que con la velocidad 5, por ejemplo, la preparación no se mueve en su superficie, porque está demasiado espesa, tendremos que subir la velocidad hasta donde nos haga falta.
6. En el momento que empieza a espesar y ya no salpica, retirar el cubilete y colocar el cestillo encima de la tapa para que haya una mayor evaporación.
7. A medida que el membrillo se va cociendo, va espesando y habrá que ir subiendo la velocidad hasta llegar a la máxima.
8. Cuando veamos que en esta velocidad máxima la preparación ya no se mueve, ni siquiera metiendo la espátula y removiendo con ella, el membrillo se habrá hecho.
9. En ese momento volcarlo en el recipiente donde lo vayáis a guardar y oiréis como hace "plaf" al caer. Escoger preferentemente un tupper rectangular y hermético para que luego se solidifique en esa forma pero, a diferencia de las mermeladas, no lo tapéis ahora. Dejarlo que se enfríe completamente, incluso de un día para otro, para que espese todo lo que tiene que espesar. Si está bien hecho, al día siguiente veréis que forma un bloque perfecto que ya se puede desmoldar. Taparlo ahora y guardarlo en la nevera, donde durará de una temporada para otra.
10. Si al enfriarse no se hubiera endurecido suficientemente no os preocupéis, porque tiene arreglo.
11. Imaginaros que en lugar de carne de membrillo habéis conseguido "mermelada" de membrillo. ¿Qué haríamos? Pues exactamente lo mismo que si lo hubiéramos hecho en una cacerola, empleando únicamente la lógica o el sentido común: cocerlo más tiempo hasta que espese. Lo volcaríais de nuevo en el vaso y volveríais a cocerlo hasta que espesase lo suficiente.
12. El tiempo de cocción que habíamos programado al principio es solo orientativo, pues dependerá del grado de madurez de los membrillos y de la cantidad de pectina que lleven. A veces será suficiente con los 30 minutos que se pusieron al principio y otras habrá que añadir 5 minutos, o 2, o 3 más… o muchos más por lo que me contáis. Él mismo nos lo irá indicando puesto, que vamos viendo cómo va espesando.
13. La carne de membrillo, cuando es la temporada, es facilísima y comodísima de hacer y resulta tan exquisita que ya nunca más compraréis la envasada. Si alguno de vosotros la habéis hecho alguna vez a mano, notaréis la diferencia de trabajo y que no os quemáis.

1 comentario:

Maria dijo...

Te ha quedado maravilloso.Yo "intenté" hacerlo y me quedó en " dulce de membrillo".Me faltó cocción pero rellené con él unas empanadillas y me quedaron super ricas.
A falta de pan, buenas son tortas...que dice el dicho.
Un beso.